TELEFÓNICA, ¿qué me has hecho?
En plena crisis, Telefónica ha ganado más de lo previsto.
Con tantos morosos que somos en este país de nuestras penas, ¿cómo se explica el superávit telefoniquero?
Pruebe usted a anular su línea telefónica o su móvil, o ambos. De inmediato, conocerá el calvario laberíntico que le exigen recorrer y, en seguida después, verá que recorrerlo no le sirve de nada, porque Telefónica está dispuesta a que usted siga pagando el teléfono perpetuamente, hasta después de muerto.
Pero si usted, por indicación del médico (a causa de una grave enfermedad) tiene que dejar urgentemente la ciudad y se lo explica a Telefónica con pelos y señales, comprobará que dialoga con sordos. Machaconamente, le explicarán que tiene que cumplir las “normas” (dudosamente legales) de la compañía, y aunque las cumpla otra persona por usted, porque no podía esperar el sabio “veredicto” de tan equitativa entidad y ya se ha mudado tratando de restablecerse de sus males, igualmente Telefónica continuará facturándole.
Cuando, ya hasta la coronilla, ordene usted a su banco que no pague más recibos de esa compañía tan “abusadora, ¿qué me has hecho?”, Telefónica le denunciará al registro de morosos y usted será, oficialmente, un apestado tramposo a los ojo de bancos y demás institutos de caridad.
¡Hay que ver qué manera de ganar dividendos!
Luis Melero
En plena crisis, Telefónica ha ganado más de lo previsto.
Con tantos morosos que somos en este país de nuestras penas, ¿cómo se explica el superávit telefoniquero?
Pruebe usted a anular su línea telefónica o su móvil, o ambos. De inmediato, conocerá el calvario laberíntico que le exigen recorrer y, en seguida después, verá que recorrerlo no le sirve de nada, porque Telefónica está dispuesta a que usted siga pagando el teléfono perpetuamente, hasta después de muerto.
Pero si usted, por indicación del médico (a causa de una grave enfermedad) tiene que dejar urgentemente la ciudad y se lo explica a Telefónica con pelos y señales, comprobará que dialoga con sordos. Machaconamente, le explicarán que tiene que cumplir las “normas” (dudosamente legales) de la compañía, y aunque las cumpla otra persona por usted, porque no podía esperar el sabio “veredicto” de tan equitativa entidad y ya se ha mudado tratando de restablecerse de sus males, igualmente Telefónica continuará facturándole.
Cuando, ya hasta la coronilla, ordene usted a su banco que no pague más recibos de esa compañía tan “abusadora, ¿qué me has hecho?”, Telefónica le denunciará al registro de morosos y usted será, oficialmente, un apestado tramposo a los ojo de bancos y demás institutos de caridad.
¡Hay que ver qué manera de ganar dividendos!
Luis Melero
