¿QUÉ PASA CON MARY?
Según la extendida creencia, los mayores acechamos a la busca de un oído resignado para contar batallitas, y no deja de haber quien cree que consideramos que “todo tiempo pasado fue mejor”.
La sabiduría del diablo que “sabe más el diablo por viejo que por diablo” ha dejado de valer aquí. La sabiduría/experiencia del maduro es desechable.
Entre nosotros, parece abrirse paso la idea de que quien haya cumplido 60 no vale para nada y lo mejor que podría hacer es someterse a eutanasia. Como en aquella película terrible que se titulaba “Soylent green”.
De pronto, y como un estallido de fuegos pirotécnicos, nos topamos con una situación que creíamos posible sólo en la ficción de las películas estadounidenses; en lugar de su obligación natural de ser renovadores y constituirse en esperanza de futuro, los adolescentes se nos muestran como una generación violenta, borracha, disparatada y dispuesta a delinquir, sin aceptar ningún límite ni regla. La generación perdida porque no ha sido educada. Padres amedrentados, chantajeados y hasta golpeados… Profesores humillados, amenazados y torturados... Policías heridos…
¿Qué pasa con Mary? O con Joshua. O con Jon. O con Johnatan???
Luis Melero