miércoles, 24 de marzo de 2010

ESTAFAS EDITORIALES. La literatura española, insignificante en el mundo.

ES UN CLAMOR CONOCIDO POR TODA LA PRENSA ESPAÑOLA QUE LAS EDITORIALES (en su mayoría) SE APROPIAN DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL DE LOS ESCRITORES

Quien haya hablado con una editora (casi toda las editoriales son manejada por mujeres, generalmente muy incultas que marginan a los hombres), habrá comprendido que ellas exigen a los autores cuyos libros contratan que trabajen en otra cosa: Jueces, Abogados, Periodistas, Informadores, Presentadores de TV, etc.
Evidentemente, tal empeño significa que las editoriales quieren blindarse contra la posibilidad de que el autor les reclame el importe legal de sus derechos, cosa que, lamentablemente para los verderos escritores, tales profesionales no harían nunca, porque sus necesidades vitales están cubiertas por oficios ajenos a la creación literaria.
Por lo tanto, los autores que dichas editoras desean son peronas que sólo pueden dedicarse a escribir unos minutos de vez en cuando (y a veces utilizando a "negros", como sabemos todos") Con unos minutos de vez en cuando, nadie puede hallar la inspiración ni la documentación para crear obras que puedan difundirse mundialmente. En las condiciones editoriales actuales, ningún español crearía jamás algo como "El señor de los anillos" o "Harry Potter", ni siqquiera "Cien años de soledad!"
Lo sabe el Gobierno Español. Lo sabe el ministro de Industria, lo sabe el Defensor del Pueblo y lo saben las Cortes en pleno. Pero no sólo no tratan de garantizar el pago justo de los derechos de autor a los escritores, sino que dan subvenciones millonarias a las editoriales estafadoras. Hace pocos años, el Ministerio de Industria repartió más de TREINTA MILLONES DE EUROS, entre las editoriales de Barcelona, muchas de las cuales sabemos todos (periodistas y escritores) que son estafadoras.
Así, España ha dejado de influir literariamente en el mundo. Lo que se publica en España es vulgar, y algunos autores muy publicados ni siquiera conocen la sintaxis castellana.