Si usted introduce en su buscador de intenet "estafas editoriales"!, le saldrá una lista interminable.Desde que pido que me escriban escritores estafados, recibo varios testimonios todos los días.
Yo estoy en las últimas, porque ya no puedo seguir resistiendo más el estado de mendicidad a que dos editoriales me han condenado.
Saben que nos estafan la Moncloa, el ministro de la cosa y las cortes, pero los escritores no sumamos fuerza electoral y, por lo tanto, no merecemos ni un pensamiento, aunque en las estafas editoriales radica que España no signifique nada en la actualidad creativa mundial.
Si antes de que acabe todo, consigo que esas dos caraduras sinvergüenzas se vean obligadas a ejercer el único oficio para el que están capacitadas, buhoneras, moriré un poco más tranquilo.
