jueves, 6 de enero de 2011

LAS ESTAFAS EDITORIALES


Los lectores españoles seguramente no imaginan la vida que los escritores podemos llevar.
Hay que señalar que en España hay muy pocos escritores que se dediquen en exclusiva a la literatura. Casi todos los nombres que ustedes pueden ver en las portadas de los libros corresponden a profesionales de otra cosa: profesores, periodistas, médicos, políticos, artistas y demás.
No hay muchos escritores profesionalizados en España, simplemente porque las editoriales, casi todas, se quedan con la mayor parte del dinero que nos corresponde por ley y de acuerdo con los contratos.
Se valen de argucias para no pagar más que una pequeña parte de lo que se comprometieron en contrato. Por lo general, los escritores contratamos por un ocho o un diez por ciento del precio de venta. Un precio de venta que se distribuye así: cincuenta o sesenta por ciento para los distribuidores y librerías, treinta por ciento para las editoriales y diez por ciento para el autor. Según la ley, es así, pero las editoriales –sin ninguna clase de escrúpulos-, ven muy tentador el dinero que administra del autor y por lo general recurren a la siguiente artimaña para quedarse con la mayor parte del dinero que el autor se gana: NO SUELEN INFORMAR DE LOS LIBROS VENDIDOS.
En cambio, envían a los autores unas planillas donde indican los libros entregados a los distribuidores, de los que restan los libros que los distribuidores les devuelven sin vender, y del resto, calculan el porcentaje contractual..
DE ESE MODO, LA EDITORIAL SE APROPIA ILEGALMENTE DE UN 70 % DE LOS DERECHOS DE AUTOR.
UNA ESTAFA EN TODA REGLA.

Lo hacen casi todas y por eso ningún escritor puede vivir decentemente de su trabajo. Todos, TODOS tienen que contratarse como articulistas u otras cosas. EN ESPAÑA JAMÁS PODRÍA HABER UNA ROWLIN.

Si usted cree que esos dos o tres escritores que todos pensamos ganan mucho dinero, tienen razón sólo en parte. Supongamos que alguien vende un millón de ejemplares de una novela. Le corresponden casi dos millones de euros de derechos. Pero la editorial, recurriendo a la artimaña descrita, le pagar solamente unos setecientos mil. 700.000 euros parece mucho dinero pero no es TODO EL DINERO que ha ganado el autor, porque la editorial LE ROBA.