A mí me hace bastante gracia lo que varios periodistas comentaron sobre
mi personaje Chafarino de La Desbandá. Los comentarios los expresaron dos periodistas en Madrid y uno en Málaga, en extrañísima coincidencia.
El personaje se llama Omar y es ciego.
Tales periodistas, me expresaron su convencimiento de que yo había retratado un
trasunto de Homero. Ya saben, Omar por Homero, y ciego por ciego.
Pero la verdad
es que yo no hice tal cosa. Nunca pensé en Homero, al menos conscientemente. Ni recordé a Homero durante la redacción de la novela, ni creo que un poeta que cantaba a los dioses pueda ser el espejo para retratar al Chafarino, un personaje intuitivo, teórico, sibilino, optimista al mismo tiempo que pesimista, y sobre todo es el oráculo de todo el relato, para todos los personajes.
El Chafarino es como es en la novela porque lo pidieron las circunstancias.