Fui alumno infantil de LA GOLETA, un colegio donde señoreaban unas monjitas metidas a maestras que nos enseñaban muy bien... A REZAR.
Un día, una de ellas nos peroraba sobre la intensidad de la fe de algunos personajes históricos. Refiriéndose a un infame represor de los cátaros nos contó la frase que había pronunciado antes de ordenar masacrar a unas 25.000 personas. Había algunos cátaros y todos los demás eras papistas. Cuando el mandón dijo que los mataran, un soldado le pregunta al tal, que era obispo:
¿CÓMO RECONOCEREMOS A LOS "HEREJES"?
el obispo le respondió:
MATADLOS A TODOS, QUE DIOS RECONOCERÁ A LOS SUYOS.
Esta despiadada y crudelísima frase era valorada por la monja como una prueba de fe.
Al niño que yo era le produjo insomnio durante varias noches.
Por eso he publicado ya dos libros sobre este crimen histórico y voy por la mitad de un tercero.