domingo, 10 de febrero de 2013

EL GOBIERNO PERMITE ESTAFAR A LOS ESCRITORES ESPAÑOLES


Los diputados desprecian a los escritores.

El parlamento desdeña las estafas editoriales, que impiden que la literatura española actual cuente en el mundo

A los políticos, los escritores no les importamos nada de nada.

Escribir en España no sólo es llorar, también es antieconómico.

Lista negra editorial de los escritores que pedimos que nos paguen.

Larra decía que “escribir en España es llorar”. Se puede añadir que España opta oficialmente por no hacer negocio con la segunda industria editorial más poderosa del  mundo. En Barcelona sobre todo, se editan muchos títulos y bastantes volúmenes, pero las leyes están arregladas para que las editoriales no tengan obligación de pagar a sus escritores españoles. Pero a los escritores no nos permiten sobrevivir de nuestro trabajo y el gobierno no cobra los impuestos que debería cobrar con una industria tan extensa. Todo el mundo en Barcelona, periodistas incluidos, saben que las editoriales se quedan con el dinero de sus autores españoles, pero nadie critica porque gran parte de los medios PERTENECEN A EDITORIALES. Se ha creado un círculo vicioso por el que los escritores españoles tenemos que aceptar ser estafados para poder publicar y, si reclamamos nuestro dinero, se nos inscribe en una LISTA NEGRA EDITORIAL y ya no existe la menor posibilidad de volver a publicar.

Hace siete años que no porque, porque decidí no publicar más con la estafadora Roca Editorial (que me había defraudado más de 125.000 euros por cuatro novelas) y después no ha querido contratarme ninguna otra, aunque tengo nuevo novelas publicables de inmediato, unos cien relatos cortos, poemas, versos, teatro y demás.. A pesar de ese silencio editorial, aún me escriben aficionados para pedirme consejo; respondo siempre que se busquen editoriales FUERA DE ESPAÑA

Con el consentimiento pleno del Gobierno, el Parlamento, los diputados, las autoridades y los partidos políticos, en España sólo pagan una pequeña fracción de los derechos de propiedad intelectual; es decir, la mayoría de las editoriales fingen pagar los derechos, pero calculando las liquidaciones en base a los movimientos con los distribuidores, y consignan “devoluciones” imposibles de libros (las devoluciones provisionales de los distribuidores), porque liquidan lo contratado solamente sobre la base de un 30% del P.V.P. del libro.

Muchas de las liquidaciones que me hizo Roca Editorial presentaban saldo NEGATIVO PARA MI; o sea, que YO TENÍA QUE PAGAR A ROCA, habiendo vendido más de 2.000 ejemplares según esa liquidación en concreto.  Los contratos no prevén alguna posibilidad de esa clase.

De todo lo que se habla en los contratos es del porcentaje que le corresponde al escritor del precio de venta el público de su libro, que para eso va impreso tal precio en la portada.

 Esta situación es posible porque la ley española de propiedad intelectual es gravemente defectuosa; entre otras extravagancias, no considera delito que las editoriales incumplan sus contratos. Si un escritor estafado como yo decide denunciar a la editorial, sólo conseguiría que un juez dictaminara un juicio de faltas, donde la editorial sólo podría ser castigada a pagar una multa y JAMÁS a DEVOLVER LO ROBADO AL ESCRITOR.

Sé que algunos escritores españoles se permiten exigir a su editorial registras el contrato en una notaría, lo que ofrece algunas garantías de cobrar. De otro modo, no hay tutía. Y hay de ti si exiges a la editorial ir al notario; te mandará a tomar por el culo.



Quienes publicamos en España cobramos en realidad MENOS DEL 3% DEL PRECIO DEL LIBRO, es decir MENOS DE LA TERCERA PARTE DE LO QUE NOS PERTENECE. Al menos, es lo que ha hecho conmigo ROCA EDITORIAL.

El gobierno y todas las instituciones lo permiten. Debe de ser porque los escritores NO SOMOS ELECTORALMENTE SIGNIFICATIVOS. Somos muy pocos y los diputados no consideran que deben hacernos caso, AUNQUE LA LITERATURA ESPAÑOLA SE HAYA VUELTO INSIGNIFICANTE A ESCALA MUNDIAL.