Mi paisano Picasso afirmaba: “La inspiración siempre me pilla trabajando”.
Esta verdad es fácil de descubrir por uno mismo, como explicaré en las tres charlas que pronunciaré próximamente en el ATENEO DE MÁLAGA..
De momento, podemos experimentar con el siguiente ejercicio:
1-Abordar el teclado sin pensamiento alguno, porque sí, sin haber meditado sobre nada ni haber decidido nudos ni secuencias. A ver qué pasa.
2-Pensar unos momentos en lo que se desea contar, esbozando las situaciones y los personajes. Tratar de imaginar unos escenarios, personajes, personalidades, caracteres, conflictos. Tomar una decisión y elegir el camino.
1-Abordar el teclado sin pensamiento alguno, porque sí, sin haber meditado sobre nada ni haber decidido nudos ni secuencias. A ver qué pasa.
2-Pensar unos momentos en lo que se desea contar, esbozando las situaciones y los personajes. Tratar de imaginar unos escenarios, personajes, personalidades, caracteres, conflictos. Tomar una decisión y elegir el camino.
Al comenzar a escribir, las palabras brotarán solas. Habrá llegado la inspiración... y nos habrá pillado trabajando, como a Picasso.