Miguel de Cervantes dedicó muchos años, incluyendo su cautiverio de
Argelia y sus peregrinaciones de recaudador, a escribir El Ingenioso Hidalgo
Don Quijote de la Mancha, incluyendo todo su cautiverio en Argelia y los descansos desus peregrinaciones de recaudador . Según los usos actuales de las editoriales catalanas,
Cervantes sólo podría dedicar quince o veinte noches a escribir, lo que le habría imposibilitado desarrollar algo tan complejo como El Quijote.
Porque las Cortes Españolas agravian y desprecian a los escritores,
exponiéndolos a los abusos editoriales sin una arquitectura legal apropiada
para protegerlos. .
Con una ley hecha a la conveniencia de las editoriales, el parlamento
consiente las estafas a escritores, que impiden que los escritores puedan comer
y que, por lo tanto, la literatura
española cuente en el mundo
Escribir en España además de llorar, también es labor de esclavos
martirizados.
Lista negra editorial de los escritores que exigimos que nos paguen.
Larra decía que “escribir en España es llorar”. Puedo añadir que España
opta oficialmente por ultrajar a los escritores, imposibilitar su
profesionalización y alentar la
ilegalidad de la segunda industria editorial más poderosa del mundo. En Barcelona sobre todo, se editan
muchos títulos y bastantes volúmenes, pero las leyes están condicionadas para
que las editoriales no tengan obligación LEGAL de pagar a sus escritores
españoles. Todo el mundo en Barcelona, periodistas inclusive, saben que las
editoriales se quedan con casi todo el dinero de sus autores españoles, pero
hay un PACTO DEL SILENCIO, porque muchos periódicos pertenecen a editoriales
poderosas. Existe un círculo vicioso por el que los escritores españoles
tenemos que aceptar ser estafados para poder publicar y, si reclamamos nuestro
dinero, se nos inscribe en una LISTA NEGRA EDITORIAL y ya no existe la menor posibilidad
de volver a publicar.
NO PUBLICO hace siete años, porque decidí no publicar más con la
estafadora Roca Editorial (que me ha defraudado más de 125.000 euros por cuatro
novelas) y después no ha querido contratarme ninguna otra, aunque tengo nueve
novelas publicables de inmediato, unos cien relatos cortos, poemas, versos,
teatro y demás.. A pesar de ese silencio editorial, aún me escriben
vocacionales para pedirme consejos; respondo siempre que se busquen editoriales
FUERA DE ESPAÑA
Con el consentimiento del Gobierno, el Parlamento, los diputados, todas
las autoridades y los partidos políticos, en España sólo pagan una pequeña
fracción de los derechos de propiedad intelectual –salvo alguna que yo no
conozco-; es decir, la mayoría de las editoriales fingen pagar los derechos,
pero calculando las liquidaciones en base, por ejemplo, a los movimientos con
los distribuidores, y consignan “devoluciones” imposibles de libros (las
devoluciones provisionales de los distribuidores), y finalmente liquidan lo
contratado solamente sobre la base de un 30% del P.V.P. del libro. Los
escritores muy conocidos, hacen registrar sus contratos en notarios; tal como
se hace habitualmente, los contratos con los escritores legalmente son papel
mojado.
Muchas de las liquidaciones que me hizo Roca Editorial presentaban
saldo NEGATIVO PARA MI; o sea, que YO TENÍA QUE PAGAR A ROCA, circunstancia
totalmente imprevista en los contratos De todo lo que se habla en los contratos
es del porcentaje que corresponde al escritor del precio de venta el público de
su libro, que para eso lo imprimen en la portada. Esta situación es posible
porque la ley española de propiedad intelectual de 1996 es ultrajantemente
defectuosa. LA MAYOR EXTRAVAGANCIA: no considera delito que las editoriales incumplan
sus contratos. Si un escritor estafado como yo decide denunciar a la editorial,
sólo conseguiría que un juez dictaminara un juicio de faltas, donde la
editorial sólo podría ser castigada a pagar una multa y NUNCA A DEVOLVER LO
ROBADO AL ESCRITOR. Roca Editorial incumplió todos sus contratos conmigo, no
sólo porque me robó el 70% de mis derechos, sino pòrque jamás me dio opción de
objetar las portadas, repitió portada en dos libros míos sucesivos, me
escarneció en todos los aspectos, me impidió conseguir agente, etc. Etc.
Además, me “recomendó”, para editar con una célebre estafadora, Miriam Tey, muy
conocida por sus jugarretas en los medios barceloneses, aunque no en Madrid,
donde me vino a estafar.