La mayoría de las editoriales españolas engañan y defraudan a sus escritores. Firman contratos donde se dice textualmente "el autor recibirá el 10% (o el 7%, o el 8%) del precio de venta. Se entiende en todo el mundo que el precio de venta es el PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO y, precisamente para evaluar justamente el reparto de los derechos, los libros llevan los precios impresos en la solapa.
Pero a la hora de pagar, las editoriales españolas calculan (en su mayoría) el porcentaje de derechos de los escritores sobre la base de sus acuerdos privados con los distribuidores.
Es frecuente que haya en Barcelona editoras que se quitan de enmedio, perseguidas por sus autores y proveedores a los que han estafado. Concretamente, hay una que fue Directora General de la Mujer, que no sólo se queda fraudulentamente con el dinero de sus escritores, sino que los estafa en la redacción de los contratos.
De manera que tales editoriales (la mayoría de las españolas) se apropian fraudulentamente del 73% del dinero que los escritores tenemos derecho legal a cobrar.
La Generalitat de Cataluña, el Ministerio de Industra y el Parlamento español son cómplices con su silencio del esperpento de que los escritores no podamos vivir en España de nuestro trabajo.