jueves, 14 de febrero de 2013

LEGALMENTE IMPOSIBLE ESCRIBIR “LOS PILARES DE LA TIERRA” EN ESPAÑA



Las Cortes Españolas agravian y desprecian a los escritores.
Con una ley hecha a la conveniencia de las editoriales, el parlamento consiente las estafas a escritores, que impiden que la literatura española cuente en el mundo
Escribir en España además de llorar, también es ruinosamente sacrificado
Lista negra editorial de los escritores que exigimos que nos paguen.



Larra decía que “escribir en España es llorar”. Puedo añadir que España opta oficialmente por ultrajar a los escritores, imposibilitar su profesionalización y  alentar la ilegalidad de la segunda industria editorial más poderosa del  mundo. En Barcelona sobre todo, se editan muchos títulos y bastantes volúmenes, pero las leyes están condicionadas para que las editoriales no tengan obligación LEGAL de pagar a sus escritores españoles. 

Todo el mundo en Barcelona, periodistas inclusive, saben que las editoriales se quedan con casi todo el dinero de sus autores españoles, pero hay un PACTO DEL SILENCIO, porque muchos periódicos pertenecen a editoriales poderosas. Existe un círculo vicioso por el que los escritores españoles tenemos que aceptar ser estafados para poder publicar y, si reclamamos nuestro dinero, se nos inscribe en una LISTA NEGRA EDITORIAL y ya no existe la menor posibilidad de volver a publicar.

NO PUBLICO hace siete años, porque decidí no publicar más con la estafadora Roca Editorial (que me ha defraudado más de 125.000 euros por cuatro novelas) y después no ha querido contratarme ninguna otra, aunque tengo nueve novelas publicables de inmediato, unos cien relatos cortos, poemas, versos, teatro y demás.. A pesar de ese silencio editorial, aún me escriben vocacionales para pedirme consejos; respondo siempre que se busquen editoriales FUERA DE ESPAÑA

Con el consentimiento del Gobierno, el Parlamento, los diputados, todas las autoridades y los partidos políticos, en España sólo pagan una pequeña fracción de los derechos de propiedad intelectual –salvo alguna que yo no conozco-; es decir, la mayoría de las editoriales fingen pagar los derechos, pero calculando las liquidaciones en base, por ejemplo, a los movimientos con los distribuidores, y consignan “devoluciones” imposibles de libros (las devoluciones provisionales de los distribuidores), y finalmente liquidan lo contratado solamente sobre la base de un 30% del P.V.P. del libro. Los escritores muy conocidos, hacen registrar sus contratos en notarios; tal como se hace habitualmente, los contratos con los escritores legalmente son papel mojado.

Muchas de las liquidaciones que me hizo Roca Editorial presentaban saldo NEGATIVO PARA MI; o sea, que YO TENÍA QUE PAGAR A ROCA, circunstancia totalmente imprevista en los contratos De todo lo que se habla en los contratos es del porcentaje que corresponde al escritor del precio de venta el público de su libro, que para eso lo imprimen en la portada. 

Esta situación es posible porque la ley española de propiedad intelectual de 1996 es ultrajantemente defectuosa. LA MAYOR EXTRAVAGANCIA: no considera delito que las editoriales incumplan sus contratos. Si un escritor estafado como yo decide denunciar a la editorial, sólo conseguiría que un juez dictaminara un juicio de faltas, donde la editorial sólo podría ser castigada a pagar una multa y NUNCA A DEVOLVER LO ROBADO AL ESCRITOR.


Roca Editorial incumplió todos sus contratos conmigo, no sólo porque me robó el 70% de mis derechos, sino pòrque jamás me dio opción de objetar las portadas, repitió portada en dos libros míos sucesivos, me escarneció en todos los aspectos, me impidió conseguir agente, etc. Etc. Además, me “recomendó”, para editar con una célebre estafadora, Miriam Tey, muy conocida por sus jugarretas en los medios barceloneses, aunque no en Madrid, donde me vino a estafar.

Quienes publicamos en España cobramos en realidad MENOS DEL 3% DEL PRECIO DEL LIBRO, es decir MENOS DE LA TERCERA PARTE DE LO QUE NOS PERTENECE. El gobierno y todas las instituciones lo permiten. ES QUE LOS ESCRITORES NO SOMOS ELECTORALMENTE SIGNIFICATIVOS. Somos muy pocos y los diputados no consideran que deban hacernos caso, AUNQUE LA LITERATURA ESPAÑOLA SE HAYA VUELTO INSIGNIFICANTE A ESCALA MUNDIAL.