domingo, 22 de abril de 2012

ENTREVISTA A ALASKA, QUE PUBLIQUÉ EN UNA REVISTA HACE UNOS 5 AÑOS

Ícono de sectores importantes de la sociedad española y mexicana, fue la musa más visible de aquella “movida” madrileña de los ochenta. Con su rompedor aire gótico, en televisión la adoraban al mismo tiempo los niños, incluidos los lactantes, y los posmodernos más lanzados. Ahora, joven, triunfante y fiel a sí misma, veintitantos años después de aquello sigue en la brecha sin despeinarse ni un pelo, sea del color que sea el que toque; su single “Criticar por criticar” figuró el pasado noviembre como segundo disco más vendido en todas las listas españolas. ¿Sufre de olvido? Mi memoria es genial, pero no me gusta mi nombre, Olvido. Prefiero Alaska. ¿Y cómo la llaman sus amigos? A pesar de saber que Olvido me revienta, siguen llamándome así. ¡Qué desconsiderados y olvidadizos-olvidoadictos! Cuando me llaman Alaska, sé que hay un reproche o puya por medio. ¿Tan rompedora y tan mujercita de su casa? Hasta celebro los aniversarios matrimoniales. Lo único diferente, es que Mario y yo nos engañamos siempre sobre lo que preparamos para la ocasión. ¿Qué tipo de engaño? Una vez, me convenció de llenar la maleta de bikinis y protector solar, y donde me llevó a fue a París, en invierno. ¿Cómo se sobrevive casi treinta años en el pop? Haciendo lo que uno quiere y no lo que te mandan. ¿Siempre? ¿En los veintitantos discos? Desde luego. Aunque dependemos de las discográficas, nosotros funcionamos casi artesanalmente. ¿Juan Palomo? Yo me lo guiso y me lo como, pero convocamos a mucha gente para el banquete. En sus banquetes, han abundado biografías turbulentas. Hace un par de años, durante la recogida de un premio, me dijo Pedro Almodóvar: “Alaska, habla tú, que eres la única que jamás se ha drogado”. ¿Las drogas le dan repelús? He visto a tantos genios frustrar sus vidas por las drogas… ¿Lo pos-posmoderno es el zumo de frutas? Uno de mis grandes amigos dice que ha dejado las drogas por la morcilla de arroz. Con su producción “casera”, ¿no paran de molestar los vecinos? A veces, pero ¿a quién le importa lo que yo haga? Por lo que se ve, a mucha gente en España, México y Sudamérica. Pero siendo sinceros con lo que hacemos. Y eso no es lo que las discográficas disponen. Si se miran los casos de Manolo Escobar y otros igual de llamativos, se ve que a veces el triunfo es lo contrario del consentimiento. ¿Cuántas veces le han dicho los grandes estrategas que se equivoca? Si me hubiera comido los discos tantas veces como esos estrategas lo vaticinaron, la indigestión atascaría las cañerías. ¿Supo ver su futuro en “La bola de cristal”? Imagina; la generación que nos veía, son los adultos de ahora. ¿Piratería? Terrible. Yo jamás compraría un libro fotocopiado, ¿por qué un disco? Pero uno de los síntomas del éxito es estar en el top manta. Hija de un exiliado asturiano y una cubana. ¿Explosiva? Yo soy yo y mis circunstancias, con el corazón partío en dos partes. ¿Todavía mexicana? Todavía. Me vence la visa dentro de poco y ahí me verás, en la cola de extranjería. ¿Por qué no opta por la doble nacionalidad? En cuanto me dejen. Me gustaría que fuera como en EE.UU., con la mano en el pecho y cantando el himno nacional.