A través de mi web, recibo constantes comunicaciones de gente que me escribe pidiéndome mis agotadísimas novelas. Principalmente, “La desbandá” (sorprendentemente, me preguntan por ella desde Tolouse, Los ángeles, México, Buenos Aires y demás). También me piden a veces “Oro entre brumas”. Pero ayer recibí una nota que no me solicitaba nada, sino que me felicitaba por mi novela “El cuarto segmento”, publicada hace unos quince años.
Extrañado además de complacido, me dio por leer algunas páginas, porque sólo recordaba los hitos básicos de la fabulación. Pasé un par de horas sobrecogido al darme cuenta de lo muy autobiográfica que es esa novela.
En realidad, creo que todo lo que fabula un novelista es autobiográfico en alguna medida. Pero lo de “El cuarto segmento” es demasiado literal y no me hago una idea de por qué me decidí a publicarla.
TENGO UN LIBRO DE POEMAS INÉDITOS, “Quejío”, QUE INCLUYE UNA EXTENSA COLECCIÓN DE LETRAS PARA CASI TODOS LOS PALOS FLAMENCOS. Tras la sorpresa de la lectura retrospectiva de anoche, esta mañana he encontrado esta serrana., que no puede ser más autobiográfica:
SERRANA
En el árbol del que soy
rama cortada
no queda para mí savia.
Para salvarme
puedo, soñador,
injertarme en cualquier parte
de un almendro en flor.