Alguna gente, sobre todo los políticos mediocres y los “informadores”
que no esperan nada de la vida, siente la obligación de hablar sin parar. Es un
vicio que presentan también los médicos y subalternos de la SS, que nunca dejan
hablar a los pacientes, que son los únicos que saben lo que les pasa.
Con objeto de no permanecer ni un instante en silencio, tales
“profesionales” recurren a toda clase de latiguillos y frases trilladas, que
pueden parecer superficialmente juiciosas pero que, analizadas, son estupideces
dignas de gansos descerebrados.
A veces, se trata de un golpe de ingenio que ha tenido alguien, pero
que como todos los golpes, sirven sólo un instante. Quienes repiten una y otra
vez estas “ingeniosidades”, se reconocen mediocres, incapaces de idear sus propias
metáforas y faltos de ambición.
Ahora, se me ocurren estos ejemplos:
TRABAJA EN EL “MUNDO” DEL CINE
BLANCO Y EN BOTELLA.
Parece indiscutible, pero a alguien se le podría ocurrir echarse a
pecho una botella de zotal. En la UVI, el tal se acordaría de la madre del
inventor de la frase
DE ALGUNA MANERA
Por ejemplo, alguien habla de una docente que cumple 50 años de oficio.
El que pronuncia el homenaje panegírico, dice “Doña Marta, de alguna manera ha
enseñado a vivir a muchas generaciones”. ¿Qué querrá decir con “de alguna
manera”? Definitivamente, doña Marta había enseñado a vivir a muchas
generaciones DE CUAUIER MANERA QUE SE MIRE.
TIENE LA CABEZA MUY BIEN AMUEBLADA
Resulta difícil especular sobre lo que estaría pensando el primero a
quien se le ocurrió esta barbaridad. Tal vez se inspiró en las peinetas de
Martirio.
COMO DIGO YO
Pocas cosas son más presuntuosas que citarse a uno mismo. Opino que
quien cita demasiado a otros autores demuestra gran falta de recursos; pero
citarse a uno mismo no es sólo falta de recursos; es bobería inconmensurable.