jueves, 18 de mayo de 2017

LA EXTRAÑA CIUDAD INMOLADA

LA EXTRAÑA CIUDAD INMOLADA

La noticia de primera plana del martes 16 de mayo, es que Antonio Banderas ha decidido apartarse de su más genuino proyecto de vida.
El mejor de los poetas contemporáneos de Málaga, casi nada reconocido por esta extraña sociedad nuestra, me decía que a quienes manejan los resortes aquí les molesta el talento de manera insoportable. “Aquí reconocen el talento sólo si antes lo han reconocido poderosas fuerzas de fuera. Y aun así, te harán la guerra a muerte si muestras la menor intención de reintegrarte y participar en la ciudad”.

Nadie que no haya sido emigrante tiene idea de cuánto se magnifica de lejos el amor por lo propio. José Antonio Domínguez Antonio Banderas sigue siendo un emigrante, no puede renunciar a serlo ni le convendría. Pero hace años que lo vemos derrochar nostálgico amor por Málaga gastándose el dinero en ello. Lágrimas y Favores que podría hacerle derramar muchas lágrimas sin recibir ningún favor. Ahora, se han lanzado contra él (incluyendo la falsificada oposición municipal) cuando ha querido materializar sus íntimos sueños juveniles, en un proyecto que necesitaría la intervención de unos cuantos arquitectos que no fueran tan mediocres ni anticuados, para que la plaza de la Merced no se convirtiera en el escenario de un bodrio.

Hace muchos años que conozco muy profundamente esa característica malagueña, reforzado por las charlas de dicho poeta y particularmente desde que dirigí el Malagazín y llevé la información municipal. Cuando retorné ya definitivamente, lo hice porque, con tres infartos, creía muy próxima mi muerte y quise que sucediera oliendo a búsanos y Alborán. El cuerpo nos sorprende a veces y resulta que esa cita se retrasa sine die. Pero como sobrevivo miserablemente con una pensión mínima, parcialmente embargada por una Hacienda que no atiende razones, intenté durante dos o tres años hablar con quienes pueden darme ventanas por donde entre la luz, pero ni se me ponen al teléfono. Alguien a quien expresé mi extrañeza hace dos o tres años, comentó: ”Ese no te responde el teléfono ni aceptará abrirse porque teme que quieras quitarle su empleo”.
Esta es la cuestión. MÁLAGA VIVE UN RIGUROSO PACTO DE LA MEDIOCRIDAD. ”Cuidado con ese actor tan famoso, que va a destapar lo incapaces que somos”.

A mí, entre chismes, mentiras y hasta delirantes inventos (como un muerto en el tacho de basura de la puerta de mi negocio) consiguieron echarme de Málaga, a donde había llegado con una abultada cuenta en el First Ciry Bank de Nueva York y me fui con una mano delante y otra detrás, exiliado no sólo políticamente, sino expulsado de una sociedad que yo había creado gastándome una importante parte de mi patrimonio, expulsión “por falta de pago”. El analfabeto funcional que me hizo esa putada, exhibe incesantemente su ridiculez bajo un disfraz que le queda grandísimo, pero sigue y sigue, por haberse sumado a dicho pacto.
Un pacto que conlleva aceptar sufrir sin quejas la decisión del PSOE de Guerra y González, de entregar los recursos de siete provincias para el provecho de Sevilla. Y mentir a diario para que no se les rompa la impostura.
Que Antonio Banderas haya sido víctima de las mismas podridas miserias, me consterna.