domingo, 15 de noviembre de 2015

INFORMAR A LAS MALTRATADAS CON CLARIDAD Y CAUTELA

Revuelve las tripas el desagrado con que, al abrir el periódico o 

encender el televisor, nos enteramos de que un nuevo energúmeno 

ha matado a la mujer que “tanto aman”.

Ocurre con enojosa frecuencia, que va en aumento.


IMAGINEN USTEDES:
Matrimonio joven, compuesto por una chica poco formada y con criterio escaso, y un joven que apenas consigue las peonadas justitas para poder seguir cobrando un subsidio miserable. Amargado, con cada esperanza que pierde, él aumenta la dosis de cañas que engulle; casi cada día, arma un espoleo al llegar a su vivienda, por cualquier pretexto, y llega cegarse de manera que suelta algún bofetón. Ella no para de escuchar en la radio y en la tele que las maltratadas deben denunciar a sus maltratadores; una vez digerido el mensaje, se envalentona y al siguiente bofetón grita: “Voy a denunciarte a la policía y acabarás cagao, en la cárcel”. El energúmeno medio borracho ni siquiera lo piensa; con el mismo calentón por el que dio la bofetada, agarra lo primero que tiene a mano y la mujer que eligió circunstancia tan inoportuna para amenazar, cae muerta al suelo.

La reina Sofía ya nos lo advirtió hace unos años. Hace falta más astucia, pericia e inteligencia a la hora de aconsejar a personas que sufren tanto.