lunes, 28 de julio de 2014

TODAVÍA ME SOLICITAN POR INTERNET LA DESBANDÁ SIETE AÑOS DESPUÉS DE PROHIBIR SU REEDICIÓN.

Sorprendentemente, todas las semanas recibo dos o tres correos pidiéndome –infructuosamente-mis agotadísimos libros. Principalmente, La desbandá, aunque también preguntan bastante por “Oro entre brumas” y “Los pergaminos cátaros”
Lo más impactante  es que tales correos proceden no solamente de España, sino, también, de Toulouse, México, Los Ángeles, San Diego, Florida, Buenos Aires y Caracas… SIETE AÑOS DESPUÉS DE QUE YO PROHIBIERA UNA NUEVA EDICIÓN, lo que indica lo mal que lo hizo esta editorial estafadora, pues en vez de siete ediciones de “La desbandá” entre duras y rústicas, habrían podido ser centenares.
Recuerdo a los lectores que tanto La desbandá como otras novelas, las subí a este blog hace ya seis o siete años, al informarme los abogados de la estafa que Roca Editorial estaba cometiendo conmigo, que en la actualidad totaliza más de 200.000 euros. Por lo tanto, abriendo los archivos antiguos pueden leer varias novelas mías GRATIS.

martes, 15 de julio de 2014

UN MALAGUEÑO EN YANQUILANDIA. Bernardo Gálvez.

Vi por primera vez el nombre de Bernardo Gálvez ya cerca de los treinta, mientras vivía en  países trasatlánticos. En mi niñez y adolescencia en Málaga, el único Gálvez muy notorio era el ginecólogo que tenían casi santificado en vida.

Durante unas vacaciones en Atlanta, en casa de un matrimonio de profesores de español de la Universidad del Sur de Georgia, me invitaron a un viaje en “caravana”, de una semana de duración, por las cercanías del Golfo de México. No me acuerdo de dónde fue, pero en algún lugar  me topé con una placa donde figuraba ese nombre; no recuerdo si estaba escrita en español, pero sí sé que figuraba en español la frase “yo solo” y tras el nombre, entre paréntesis, Málaga. Aquel viaje fue tan ameno y emocionante, que Bernardo Gálvez no ocupó para nada mi curiosidad, salvo la efímera pregunta de quién sería y qué significaría “yo solo”.

Fue muchos años después cuando volví a leer ese nombre.
Vuelto de la emigración, pasé unos años en Málaga ejerciendo el periodismo, lo que me hizo acreedor de un nuevo exilio, que ha durado más decenios. Conocí entonces a un personaje de esos muy llamativos que sólo se dan en Málaga; era policía municipal y se llamaba Antonio Canca; escribía artículos en Sur bajo el seudónimo de “Zegrí” Se le tenía por uno de los mayores conocedores de las tripas de la ciudad; sabía el porqué de casi todos los topónimos. Espoleado por la curiosidad sobre el paraje de La Virreina, donde jugué mucho de niño y robé ingentes cantidades de higos, pregunté a Canca un día la procedencia del nombre. Me respondió que probablemente había sido la finca de una virreina malagueña de México, llamada Ana Zayas.
Yo venía de la publicidad, donde había pasado veintinueve años en agencias de primera fila mundial. Ese trabajo me había aficionado a investigar todos los porqués a fondo. Me puse a investigar a Ana Zayas, enterándome de que había sido la segunda esposa de Mathias Gálvez, virrey de México, y madrastra de Bernardo Gálvez, también virrey de México un poco más tarde.
Y ahí resurgió el recuerdo de la placa en el sur de Estados Unidos, y el lema “yo solo”.

Están tratando de que el parlamento de los Estados Unidos repare una enorme injusticia: no exhibir en su parlamento el retrato de uno de los prohombres que más facilitaron su independencia de Inglaterra: Bernardo der Gálvez.
Mientras Mathias Gálvez era virrey de México, su hijo Bernardo era capitán general en Luisiana y otros territorios de lo que ahora es el sur de Estados Unidos. Ante el pertinaz empeño de los ingleses de robar a España sus dominios (que tan mal defendieron nuestros antepasados a la larga), trataron de tomar todo lo que estaba bajo la protección de Bernardo Gálvez; este , dispuesto a impedirlo, reunió un ejército importante y fue echando a los ingleses de todas partes; uno de los sitios donde la corona inglesa se había hecho más fuerte era la bahía de Pensacola; Bernardo Gálvez quería expulsarlos y siquitrillarlos, pero la fuerza enemiga era poderosa y buena parte de las tripulaciones de Gálvez se resistieron a entrar en batalla;  entonces, Bernardo pronunció la frase que ha pasado a la historia: “Yo solo”. Mandó enrumbar su nave hacia las posiciones inglesas y entre el furor malagueño y las adhesiones posteriores, los ingleses fueron vencidos.
Esa victoria significó un fuerte debilitamiento del ejército inglés y todas sus posiciones en el continente, de manera que facilitó de modo muy importante la lucha de los independentistas yanquis.
Veremos o no el cuadro de Bernardo en el Congreso de los Estados Unidos, Pero nadie puede quitarnos la historia.

lunes, 14 de julio de 2014

LA INSOPORTABLE DIFICULTAD DE ABRIR “ABREFÁCIL”


En los supermercados, topamos con muchos productos que se nos anuncian como “abre fácil”.

Ignoro si alguien habrá realizado una encuesta sobre las facilidades que ofrezcan  estos “abrefáciles”. Sobre todo, entre mujeres no demasiado fuertes ni impetuosas. Algunos de tales productos, sobre todo los tetrabriks de leche o zumos con dos picos en la parte superior, es más que dudoso que alguien pueda abrirlos de un pellizco, aun investigando entre hombres fortachones.

 Esos tetrabriks y otros muchos artículos son dificilísimos de abrir si no es valiéndose de unas tijeras. Pero es que tampoco se puede afirmar que sean fáciles de abrir latas de conservas que deberíamos poder destapar tirando de una anilla. Muchas latas de atún o mejillones, si no son muy grandes, cuesta grandes esfuerzos abrirlas y a veces hay que recurrir al mango de una cuchara para hacer palanca.

 En una sociedad donde creemos poder saltarnos todo a la torera, no abundan los reglamentos. Somos una sociedad muy poco regulada, digan los que digan algunos. Se fomenta tanto el individualismo entre nosotros, que ni siquiera queremos asociarnos para progresar o enriquecernos en conjunto (que es como progresan las sociedades prósperas); mucho menos, aceptamos que nadie pueda regular algo tan obvio como que no se llame a una cosa “abrefácil” si es tan difícil de abrir.

 

martes, 1 de julio de 2014

¿CUÁL SERÁ LA CALIDAD CULTURAL DE NUESTROS JUECES?

Dada la reiteración con que España aparece como la que peor educación imparte en toda Europa, y dado que la abogacía se estudia con los métodos educacionales que tenemos, habría que preguntarse si nuestros jueces poseerán un equipaje formativo y cultural suficiente, y homologable con los demás países de nuestros ámbitos.

Es que vamos con demasiada frecuencia actuaciones de jueces que no conseguimos comprender.
Cuando un juez imputa a una autoridad, ¿lo hace sin ningún condicionamiento ideológico?
Cuando un juez ha dictado sentencias bajo el concurso de abogados que luego resultan ser terroristas y van a la cárcel, ¿son revisadas tales sentencias?
Cuando un juez condena a un anciano insolvente, enfermo, solo y con pensión mínima, a una multa que representaría quedarse varias semanas sin comer, ¿está aplicando alguna clase de justicia?
Cuando un juez grita desaforadamente mandando callar en un juicio a un acusado, al que no deja explicar su versión de los hechos, ¿está actuando de acuerdo a la ley?

Se trata de casos que todos `podemos ver y a los que yo he asistido en primera fila. La pregunta de cuál será el nivel de conocimientos en sus propias materias, en psicología aplicada y en relaciones es completamente pertinente.