Se inventaron una Ley de Recuperación de la Memoria Histórica que es, por lo menos, contraria el espíritu de la Transición (tan elogiado en todo el mundo) y de la CONSTITUCIÓN que aprobamos entre TODOS.
Muchos sucesos y algaradas recientes prueban el intento de ganar SETENTA AÑOS DESPUÉS la guerra civil que provocó Largo Caballero aunque la llevara a cabo el mediocre, panoli y cruel Franco. Nadie habla de localizar el cadáver de Calderón de la Barca (su tumba fue profanada) ni los miles de fusilados por el Frente Popular en el camino de las Pellejeras de Málaga
Durante la búsqueda de datos para mi novela “La desbandá”, hojeé TODOS los ejemplares de La Unión Mercantil, entre junio de 1934 y enero de 1937. Los jóvenes se sorprenderían al ver los numerosísimos espacios en blanco que dejaba la censura en las páginas de este periódico. No se trataba únicamente de censura “oficial”; trabajadores de aquel taller me contaron en 1980 que, en el momento de echar a andar la rotativa, podían llegar grupos de individuos pistola en mano (que se identificaban como sindicalistas o simplemente militantes de algún partido), mandaban romper las “tejas” (matrices de zinc), eliminando todo lo que a ellos no les gustaba, llegando en muchas ocasiones a golpear a los trabajadores que se resistían.
Quienes se quejan de censuras, deberían recuperar la memoria de aquellos incontables cuadrados en blanco.
Tal vez sea lícito buscar huesos reclamados por sus dolientes, pero ¿no sería justo no discriminar? ¿Dónde están los huesos de Calderón de la Barca, sacados de la tumba profanada por el PSOE, cerca de la glorieta de San Bernardo de Madrid? ¿Dónde están los huesos de los millares de curas fusilados en el Camino de las Pellejeras de Málaga? ¿Dónde está el patrimonio cultural destruido el 11 de mayo de 1931 y el 17 de julio de 1936?
Con impericia y carencia a de sentido de Estado, se intenta alterar 70 años de vida en armonía, para revivir LAS DOS ESPAÑAS,
EL ENFRENTAMIENTO FRATRICIDA Y, POSIBLEMENTE, EL DRAMA DE LA GUERRA C IVIL, REAVIVADO SÓLO PARA DISIMULAR LA TORPEZA DE UNA ÚNICA PERSONA, QUE COMETE TRAICIÓN POR SU NOTABLE INCAPACIDAD DE MEDIR LAS CONSECUENCIAS DE LO QUE HACE O DICE.