martes, 4 de febrero de 2014

HABLANDO DE GIMNASIOS…

Al mencionar que hago ejercicio a diario, con objeto de que no crean, como parece que creen, que estoy agonizando, he recordado a varios culturistas que conocí durante la última temporada que pasé en Málaga, en los años 80.
En Madrid, creen que los malagueños vamos todos al gimnasio en vez de trabajar y buscarnos las habichuelas. Muchos culturistas malagueños son conocidos allí y la ciudad tiene fama de ser una de las más culturistas de Europa. Me dicen que en la actualidad hay bastante más de cien gimnasios en la ciudad, lo que no es poco. Creo que el iniciador fue Dino Chemes, quien he sabido que murió hace un año, en plena forma. Considero que el culturismo, si bien entendido, es no sólo un buen deporte, sino un magnífico plan de vida, porque fortalece muchísimo la disciplina, la constancia y el amor propio. Cuando escribía en aquel añorado periódico, hoy desaparecido, dediqué algunos reportajes a culturistas destacados. Uno de los más sobresalientes que recuerdo es Lázaro Jiménez, cuya fuerza de voluntad y buena salud destaqué por aquellos entonces.
Ahora me dicen que tiene gimnasio propio. Yo recordaba que tenía uno a medias. De haberlo querido, podría haber tenido algún porvenir como actor, sobre todo para el cine de aquella época.
Lázaro Jiménez Sánchez comenzó a practicar el fisicoculturismo a la edad de 18 años. Se inscribió en el gimnasio Dino de Málaga y compitió por primera vez en el Campeonato de Andalucía en 1978, en Cádiz, quedando en 3º lugar de su categoría y en ese mismo año ganó el Mr. Torremolinos. En 1980 volvió a participar con éxito en varios certámenes, interrumpiéndose su carrera deportiva, por tener que cumplir el servicio militar. En 1983 volvió a participar en el Campeonato de Andalucía y en la Copa de Andalucía. A partir de éste momento se dedicó plenamente a la práctica culturista sacrificándose al máximo en los entrenamientos y así, en 1984, fue proclamado campeón de Andalucía, campeonato celebrado en el Puerto de Santa María. En 1985, volvió a ser campeón de Andalucía y en el Campeonato Nacional Olimpia quedó 2º clasificado de la categoría pesado-ligero, teniendo el inmenso honor de ser uno de los cuatro culturistas clasificados para representar a España en los Campeonatos Internacionales del Mar Mediterráneo, que se disputó en Alejandría (Egipto), donde quedó 3º de su categoría. En el año 1986, volvió a ser proclamado campeón de Andalucía por tercera vez consecutiva, siendo, además, primer clasificado en el Campeonato de España celebrado en Madrid en ese mismo año. Dos semanas después quedó como 1º clasificado en la Copa Internacional España-Portugal.